Poesucia

La mejor forma de presentar la Poesucia de Poesucia es haciéndonos la pregunta sobre su origen. No se trata de hacer un mero ejercicio de psicoanálisis amateur, ni un rastreo policial de las cotidianidades que plagan sus versos como pesadillas recurrentes de la degradación urbana.  Poesucia, es, mas bien, una invitación a jugar. Una invitación a una cena exclusiva, que exige ciertas condiciones a sus comensales. La primera, es superar la barrera escatológica más obvia. La segunda, estar dispuesto a deconstruir los actos rutinarios para desmenuzarlos y cual arúspice posmoderno, regocijarse con el descuartizamiento de las cosas más sagradas. La tercera –y la más difícil- es aceptar que esa precariedad con que Poesucia escribe su Poesucia, es una precariedad no de forma, sino que de fondo, asociada con el fatalismo que abraza, la marginalidad y la gratuidad con que la prodiga: desviaciones sexuales, sordidez variada, perversiones étnicas, fluidos humanos salpicados, fetideces rebeldes, en resumen, mierda fértil estilosa, tal como la define la autora, Poesucia se transforma en un estilo literario, diferente de su creadora, aunque ambas resulten en esencia, indistinguibles, como quien defeca su propia poesía, la cosecha y la abraza con ternura. Poesucia, un arma biológica contra sacos de wea, Poesucia contra la violencia y el Terrorismo Estatal que nos oprime a diario, Poesucia con entera honestidad, que nace, como frente de lucha,  desde lo peor de nosotros mismos.Le Fou