El valle de la permanencia

«Tu noticia sobre Darío Lemos me produce un sentimiento encontrado: por una parte me alegra la publicación de su libro y por otra parte me duele su mala suerte. Yo tenía como un tesoro el cuadernito que le publicó la Universidad de Antioquía, pero desgraciadamente lo perdí por mis viajes. En todo caso es un poeta auténtico, de gran calado. Amargo, lacerado, poeta en el fango, pero poeta entre los poetas. Uno de nuestros santos,. No importa que ahora le falte una pata, porque nunca escribió con ella. Su poesía sigue firme, no cojea de nada. Cuando no tengamos al propio Darío, su poesía seguirá caminando y caminando, caminando de mano en mano, que es mucho más difícil y admirable. Es más: su poesía empieza apenas a caminar. Yo le deseo que se cree, que le mejore la suerte. Ya es tiempo de dejar de sufrir, no podemos seguir sufriendo, aunque el fin de nuestro sufrimiento sea el fin del Nadaísmo.» - Jaime Jaramillo Escobar, Poeta colombiano, cofundador del Nadaísmo. Si hay un poeta maldito en Colombia, este es Darío Lemos, fundador del Nadaísmo, el movimiento literario más importante de Colombia del Siglo XX. Pasó años de su vida en la cárcel y en hospitales psiquiátricos. Tenía esa chispa genial, ese toque de demencia divina que poseen los elegidos. Murió en 1987 cuando sólo tenía cuarenta y cinco años. Por lo mismo, Editorial MAGO rescata y difunde entre los lectores chilenos al más genial y maldito de los poetas colombianos. - Max G. Sáez